La presentación es una oportunidad perfecta para causar una primera impresión y establecer una relación temprana.
También es una oportunidad de «preparar el escenario» para la conversación diciéndole a la otra persona de qué quieres hablar.
Si vas a acercarte a alguien en un bar, es una buena etiqueta presentarse antes de preguntarle su nombre. De esta manera, sabrán que no estás tratando de ser grosero o necesitado y se sentirán libres de corresponderte, compartiendo su nombre contigo.
Si ha superado las presentaciones, puede ser difícil para una persona que comienza a hablar demasiado sin darle la oportunidad a nadie más. El primer paso es separarse del grupo y encontrar a otra persona (o personas) con las que pueda tener algo en común, lo que ayuda a aliviar parte de la carga de la conversación.